The Truman Show es un lugar
Pasé muchas horas sentada
frente a la televisión viendo películas francesas, dibujos animados, ratones,
gatos, perros, telenovelas, pesticidas y clásicos de hollywood, todo lo que la
televisión nacional pudo ofrecerme, y luego lo que el cable pudo pagar. No
volveré a tener diez años jamás.

Piénsalo, las puestas de sol
se repiten, todos se olvidaron de decirte que los años seguirían pasando, que
todo se prolonga, tu vida debe continuar, el sol se levanta cada mañana hasta la perfección de
los días justo como el señor ha soñado su maqueta de indecisiones, vienen las
mismas lluvias nocturnas, los mismos parques, las mismas
hojas cayendo, y los mismos ríos sonando lejos de ti.
Todo funciona según el diseño
del creador. No fuimos hechos para ser dioses tal y como lo
entendimos, no, de ser así lo primero que hubiera sido creado no hubiese sido
el amor, sino las armas. Nuestra realidad ha sido suprimida por una verdad. Las
mujeres creen que hacen mejor el amor cuando están enamoradas, puedes
preguntárselo a cualquier mujer, ellas suelen decir esas cosas, luego te miran
a los ojos sin decir nada y tú no sabes si están sonriendo o gritando, tú no
sabes si hace parte del guion, o todo en verdad debe ser así.
Hay lugares en los que estas
atrapado, todo lo que conoces está ahí, no sabes de dónde salió,
tratas de hacer memoria, tienes la impresión de que existe una causa en algún
lugar, pero tú no estás allí, ese lugar está justo donde termina la pared
invisible de los sueños, la piedra angular contra la que chocas, te levantas y
chocas, y chocas y chocas, estas de pie frente a la pared
y cierras los ojos, levantas la mano derecha y tocas la superficie resbalosa de
la piedra invisible con la que ha sido edificado tu muro, frunces el ceño y
pegas la frente a la roca, tratas de hacerla desaparecer pero como no ocurre
nada, dejas todo y retrocedes despacio con los ojos cerrados, vuelves a tener
sueños, te ves sobre otra latitud, piensas tonterías, crees que deberías irte a
la selva y alimentarte de corteza de árbol, pero en realidad no existen motivos
para hacer nada de eso.
La pared invisible se alza
detrás de tus ojos y no puedes verla, la piedra crece de manera acelerada, tus
sueños se esconden. La pared hace ruidos de casa vieja cuando sopla el viento,
como te dijeron. La verdad que sabes ahora es tan triste que en realidad no
puedes hablar de ella, porque crees que alguien podría escucharte, y morir
también, como tú, como tu madre, como tu padre, como tus estrellas de cine
favoritas, como las aves de las montañas sobrevolando el Himalaya.
La puerta del Domo se cierra, pero tú te quedas dentro.
Como he aceptado lo unívoco de la existencia, y me he conformado con esta pequeña porción de materia que el Universo me ha dado como cuerpo, la escasa energía que lo mueve, y el poco tiempo que me queda, he dejado todas las especulaciones, contrafácticos, e hipótesis estériles como formas de autoflagelación. Hic et Nunc es todo lo que tenemos. Carpe Diem
ResponderEliminarEl indeterminismo que proponen los optimistas de la literatura de autoayuda es falaz, se agota en su supuesto ilimitado presupuesto del 'tú todo lo puedes' pero, por el contrario, he aceptado mi prisión, porque soy buen huésped de la caverna platónica, lo cual no quiere decir que sea ignorante, sólo que, aunque vaya hasta las antípodas, soy siempre el mismo intelecto limitado, por mis condicionamientos, y mis taras
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