jueves, 15 de diciembre de 2011


A un costado,
la gota cae,
se resbala entre naranjos,
naranjo en flor
la caricia húmeda.

Silueta de sueño,
alrededor de la cuerda un cuello,
sobre el minutero un reloj
entre el regalo una caja, con moño.

Así haremos
el mundo que menos convenga,
el revez de un deseo
el circulo de tu triangulo.

Desnudos sobre la ropa.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Oh! Eres tan ingenua aun.

La fiesta del armario comenzó.

Hay un engendrotragaalmas dando la bienvenida,
está tras la puerta
espera un montón de besos,
y no enciende la luz
porque quiere manosearle la vida
al ingenuo que se atraviese primero,
agarrarlo y meterle los dedos
hasta la faringe,
esculcar entre la respiración agitada
hasta encontrarle la infancia
y robarle la inocencia
allá va,
caminando ingenuidad.

Hay un agujero enorme aquí,
se llama silencio.

Un monstruo verde
baila y se tropieza,
hay un rinoceronte de colores que
por evitarse el hueco del silencio
ha subido hasta lo más alto
del ruido.
Un animal de centro de mesa
mira a todos extrañado
parece una cuerda templada
tiene cara de libro
pero en realidad;
es un papagayo
   desvergonzado y
           despescueznarizorejado.

La rana croa,
mira besame los pies
pero no me llenes de perfume,
bailemos la siguiente
pero no te metas en el swing,
digámonos mentiras
pero sin el nudito de garganta al final,
vamos al armario que alguien a oscuras pregunta por ti,
vamos que hay un hueco llamado silencio
y ahí es donde yo te espero.



domingo, 11 de diciembre de 2011

se fumo el ultimo cigarro y decidió no beber, 
se le expandió el cerebro 
entendió el mundo 
sonrió por dentro y por fuera, 
grito mientras reía.



El hilo que une las vidas es  delgado y fino, 
finísimo, 
un estrecho hilo  acompasa los títeres 
según la melodía de la ciudad.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Me arrincono en mí, los niños brincan afuera.


Te espero porque eres un lugar que se mueve y yo quiero llegar ti, sentarme en alguna de tus bancas. Te espero porque has dicho adiós a los prejuicios aunque hubiera sido de mentiritasysinpiedad, porque me besaste la espalda y me mordiste la nuca, y eso ha sido esplendido y muy triste.

Mírame, mírame ahora (No te lo digo como haciendo referencia a mi situación, si no para que literalmente agrandes los ojos y te voltees a verme), con un café caliente frente a mí y sin poder bebérmelo por andar tecleando y almacenándote, todo lo hago para que el recuerdo que me queda sea justo como no era de verdad, debe verse correcto y amontonado, lo hago con la endeble intención de convertirte en un lugar acogedor. Las tardes son frías, sopla despacio el viento y escribo esto con una necesidad a la que llamaremos lentitud, pronuncio cada letra, cada palabra a medida que lleno la hoja en blanco en donde se aglomeran saltamontes y grillos ruidosos. Es miércoles de velitas, la gente enciende su llamita propagadora de infancias contentas, pero yo nunca encendí la velita, nunca encendí el fuego correcto ni supe el lugar del temblor y la catarsis. Se considera una tentativa de suicidio comerse un helado de chocolate enorme mientras se camina bajo la lluvia. Pero es que no puedo agarrarme y tenderme una trampa para evitarme la vergüenza, no me da la gana de hacer lo correcto, de comerme el helado cuando hace sol, acostarme entre las cobijas mientras llueve, sentarme junto a la ventana para ver las gotas, no me da la gana de esperar el tranvía que me lleva a ti, y no me importa, al carajo, no quiero quedarme en la estación correcta.

Me descompongo. Agarré la mochila y me fui de ti hace ya mucho tiempo, haciendo de mis motivos una lasciva conducta de culpabilidad, soñándote, besando la foto de tus lugarcitos ocultos y viéndola hasta dormirme. Allá vas. Eres una ciudad que deambula.

martes, 6 de diciembre de 2011

Yo soy la vida que ya tengo, tú eres la vida que me falta.





Es exorbitante, enorme,
sucio y perfecto,
de dimensiones monumentales
veo la lluvia, las gotas caen y se desmiembran,
llueve despacito.
y yo quisiera estar afuera.

quiero llover y luego ser sol,
y luego la inmensidad y el recuerdo,
y reír.

 que ganas asesinas de estar viva.
La felicidad asoma media cara por la ventana
qué risa verla así.

ahí está el gozo
rompiendo corazones y llantos.
ahí esta saltando mientras gira y cierra los ojos,
ahí esta burlándose de mí.

necesario es perder el control,
adiós a las palabras
a estas palabras que no encapsulan mi pildorita
que no me contienen la subversión
adiós.

lunes, 5 de diciembre de 2011







Canto, 
No es normal la presión en los maxilares,
se amontona la saliva
pero no se escapa de la boca,
las palabras
se pronuncian lento. 

vocalizo mal la canción
para no dejarla salir pero ahuyentarla,
hago el intento patetico de sonreír para una guitarra
pedir una compasión que no necesito,
encontrar un motivo, 
una culpa que sea un juego de azar.

Logro sin dificultad fundirme
cantando una canción para mí misma
que debiera ser para alguien más
y lo creo 
me apropio
merezco ser participe de mí.

me acompaña un humo que arde
una negación que consiste en aceptar.
Alrededor del lago se mueve la arena
crece una planta que arrulla una gota
el letargo finito de la beatitud.

Te veo pasar en silencio,
estoy del lado correcto porque tú estas del equivocado,
Yo soy tú.


Acto uno.




Ejercicio breve:

Levantarse, mirarse al espejo,
Intentar remover potestades logrando
Apenas generar un almizcle de insuficiencias
Que marean.

Hay un holograma de colores,
Ah, era el sujeto que se ve al espejo.

Ahora resulta claro para mí
Entre el proceso de involución voluntaria
Estoy yo riendo en cámara lenta  a mitad
De una playa
Iluminada por un sol que se llama amperio.

Creerse la imagen es fallarse a uno mismo,
Fallarse es reír en cámara lenta a mitad de una playa
Iluminada por un sol que se llama amperio.

Yo digo; negarse para que nada pese
Que el mundo me venga liviano,
Y así me resulte fácil correr,
No para huir, jamás para huir,
Correr apenas por el gozo,
Correr nada más de lado a lado
En un cuarto que nombraremos inmensidad.

Cerrar los ojos,
Asumir que el holograma es mentira,
Creerlo,
Acostarse, reprimirse, reinventarse,
No volver a verse en el espejo jamás.

Fin del ejercicio.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Fotografías de Francesca Woodman

Francesca Woodman

Mira como cuelgas mi vida,
te he visto agarrada a ese sueño hace tanto, 
despellejando tulipanes,
arrancándole los pétalos 
a unas flores que se llamaban sueño.

Hay un mundo que te acomete tras esa cortina
del miedo. 

Te vi saltando charcos sobre una cama,
te oí persiguiendo liebres,
necesito que lo sepas;  
la desesperación pestañea sin que la veas, 
el ansia se pone coqueta y 
se viste de azul, creo que persigue conejos, 
o ¿eres tú?  me confundo porque ambas lucen iguales,
 estas atrapada en el país de las maravillas
o a lo mejor en el de las pesadillas.

Viene una idea volando,
se posa despacito sobre la rama.

Te regale esa escopeta para que caces ideas,
y con el rifle de doble cañón que te preste
necesito que le dispares a tus ganas de refutar esos besos
que te disparo yo en medio del alma, 
quiero que le des a todas los conceptos, 
que destruyas cualquier intento de disertación.
Sigue colgando cariño.

Eres el globo que flota y se le escapa de la mano al niño.

Te agarro fuerte, para sostenerte y detenerte,
te salvo de ti y tus llantos, 
te salvo del carnaval del horror
que anda tras de ti, 
intento librarte de lo conocido para llevarte
a lugares inventados llenos de patos invertebrados.

Sí, eres el globo que flota y se le escapa de la mano al niño.


Para Manuela.                                          .                               


Girondo.