viernes, 29 de junio de 2012

No tenían veinte años y estaban locos




Voy a soplarte un montón de dientes de león aunque prefieras las margaritas. Niños bienaventurados. Yo he visto antes estrellas muertas ahogadas en el mar, he visto antes murciélagos llorando mientras toman el té de cabeza, modelos suecas jugando ajedrez. No tenemos veinte años pero hemos comprado el mundo con tabaco y dos poemas al final del cuaderno, sabios  instruidos en bibliotecas públicas, átomos que montan bicicleta cuatro días a la semana, hay unos días largos y tendidos sobre los que planchamos pañuelos y cosemos sacos de lana, Sabemos el secreto de todos los armarios, nos comemos todos los temores, todos los amores todos los rencores, todos los horrores, bailamos… bailamos para no morir, para no hacer pensar que hemos perdido toda esperanza y vivimos en medio de tres paredes demolidas, bailamos alrededor de un ejército de 11mil vírgenes bellas, con cuerpos esculturales y almas aspiradas, bailamos con los ojos cerrados y lavamos el pelo de las vírgenes y les ungimos los pies en aceite y Channel  N°5, celebramos orando al revés los 21 nombres del Cristo crucificado mientras caemos por un agujero hecho de sombra y luz ambos al mismo tiempo, somos huérfanos de mente y padecemos síndrome de Tourette.      

Mamá melancolía te llama a almorzar pero niégate y sigue escribiendo, niégate y sal a volar desde el marco de tu ventana, niégate y corre con Harlow y su orquesta. Somos amarillos y perversos, estamos pálidos, hijos fieles del procrastinar. Somos todo viento, somos todo pájaro, somos…  no sabemos lo que somos. No tenían veinte años y estaban locos. Esto es un obsequio inservible para todos los hijos de mi generación que no son mis hermanos, para los que prenden un porro y ya no se ríen. Somos serios, somos bajos pero necesitamos medir algo más de dos metros y medio y tener antena de cable instalada en la mitad del corazón, poseemos todas las frecuencias, apaleamos todos los sueños rotos, no tenían veinte años y hacían el amor desde hacia cincuenta, son buenos, son santos, nadie nos dijo que teníamos que escurrirnos antes, nadie nos dijo que estábamos mal cuando reíamos. Compramos estampitas y creímos que con eso bastaba, y basto,  todos los odios son nuestro odio, todos los techos nuestro suelo, no tenían veinte años y estaban locos, no sabemos cuánto tiempo hemos perdido, no hay un solo domingo en el que podamos asegurarnos la juventud.

Disculpa, voy a quererte para siempre aunque desayune sin lavarme los dientes, te amo tanto, voy a quererte para siempre aunque mis eternidades duren apenas un día, estamos estallados, somos la leche derramada, tendemos la desesperación sobre cuerdas de alta tensión y tomamos el sol desde el fondo de nuestros corazones cansados, nos divertimos tanto, no entendemos tanto, nos aburrimos tanto, nos comemos las espaldas y rasguñamos las sabanas, no sabemos el futuro pero guardamos todo lo que fue posible ayer, lo que pudimos respirar hoy.

He guardado las fotos de la abuela para no olvidar que antes el mundo se tocaba con la punta de los dedos y los ojos entendían desde el libro hasta la copa de los arboles, guardo las palabras de papá para no olvidar lo que hemos sido aunque sea mentira, guardo todas las historias y los ojos serios de mi madre. Hemos decidido lanzarnos sobre una nube, cada vez que caigo recuerdo que jamás he estado arriba y me tranquilizo y ya no me quejo y la caída es pequeña, niños insomnes, suspiramos montañas de amores, cientos de amores, miles de amores, millones de amores, un solo amor. Ay vida miserable no nos has dejado gritarte ni conocerte del lado donde todos son hacedores y no soñadores.

No Tenían 20 años y eran más que perseguidos, no tenían 20 años y estaban más que tristes, más que intoxicados, no tenían 20 años y estaban más que locos.




martes, 26 de junio de 2012

¿Cómo saber si usted ha muerto?



El paso al otro mundo puede en un principio pasar desapercibido o tal vez  ser una de esas cosas que “casi no se siente”, es posible que se le parezca a una cosquillita o quizá a un estornudo, pero generalmente se presenta como un escalofrió en las nalgas, largo, una especie de entumecimiento del odio, una corriente de medusa que le viene desde el centro de los muslos y se le termina en el medio de la espalda besándole la columna de una manera tierna e insensible.

Sabrá usted que ha muerto cuando después de sentir el escalofrió se dé cuenta que le ha dado un hambre voraz, que puede usted tragarse y engullir toda la carne o los vegetales del mundo entonces notara que al abrir la billetera está ahí, solito, un billetico de cincuenta que usted no recuerda haber puesto ahí. Se dará cuenta que a muerto cuando vaya sonriente a cambiar su billete de cincuenta mil pesos colombianos moneda corriente amén y su prójimo se lo cambie sin titubeos ni duda, prueba viviente de que en el país por obra de quien sabe que logro erradicarse la maldad y que todas las almas están de repente limpias aunque no sean transparentes. Extrañamente notara que su Facebook (y también en otras cuentas que tenga en cuanta red social exista) estará lleno de actualizaciones por cambio de foto y que los raros contactos que usted creía eran dibujos de anime resultan ser extrañas y simpáticas personas, unas personas lánguidas y pálidas, sonrientes seres que no creen en alambrarse los dientes para sonreír mejor, y por alguna razón siente usted que son muy bellas como todas las otras creaturas que en algún momento fueron sinónimo de hermosura chicas blancas y de pelo largo lindas como las rubias de ojos cambiantes, los actores hollywoodenses y las flaquitas de pasarela, estará aprobada la aceptación y todos conocerán la belleza. Todos podrán amarse con la persona que les ha gustado en la buseta y nadie temerá hablar, porque cuando uno a muerto el rechazo no existe, todos son felices y cuando besan al amor de su vida en el autobús en vez de quedarles en la boca un gusto a cigarrillo, todos los besos sabrán a gloria.

En el más allá que es muy parecido al más acá la luna estará llena todas las noches y habrá más de mil estrellas y ni una sola nube, y el firmamento parecerá amplio y habrá lluvia de cometas casi todas las noches tanto así que le va a parecer que caen del cielo ardillas en paracaídas, tortugas en paracaídas, caballitos de mar en paracaídas, Huidobros en paracaídas y todos contemplaran muertos en los techos de sus casas y en los noticieros dirán que ya está aprobado que los países de este lado del continente hagan el viaje a Plutón en primera clase, al fin. Es por eso que al presenciar la noche todos saben ya que han muerto, pero si usted no tiene la fortuna de morir pasado el meridiano si no que falleció antes de las 11:45 antes del meridiano sabrá que ha muerto si llegado el mediodía los mecánicos de su barrio ya no usan camisas sucias y agujereadas con los logos de los partidos políticos de moda si no que van limpios y con las camisetas blancas, posiblemente vaya usted como de costumbre a la misa, a su culto o la iglesia y se dé cuenta que todo el mundo puede creer libremente en su Dios, solo que ya no se pide limosna ofrenda ni diezmo y por alguna razón la salvación y la vida eterna son temas que ya no aparecen en la biblia ni el Corán sea cual sea su versión.

Si la muerte lo atrapa en el autobús digamos, sabrá usted que esta muerto porque cuando se sube el vendedor ambulante no dice que se ha visto en la necesidad de montarse al autobús si no que le divierte mucho y no se disculpa si incomoda a alguien porque la gente no se incomoda, inclusive admite el vendedor ambulante que se niega a un trabajo de oficina y le gusta mucho el zarandeo del transporte público.

Nos daremos cuenta que hemos muerto cuando al pagar el taxi de venida de la fiesta no nos cobren recargo nocturno ni de domingos o festivos, cuando todos podamos tener un crédito para casa sin fiador ni intereses, cuando para la fila del banco hallan implementado el uso de sillitas con ruedas para agilizarlo todo y que uno no se canse mientras se hacen los tramites, cuando nos demos cuenta al pagar la tarjeta de transmilenio que ya no se admiten pasajeros de pie y todos cabemos sentados, en ese momento habremos muerto, cuando al cerrar la ventana de Word todo se guarde automáticamente y en fotojapón no pierdan nuestros rollos revelados, y nadie llore con el gymnopedie  y woody Allen no sea raro, todo será entonces perfecto y no existirá la duda, ni las ideas en contra de nada, y cuando nadie proteste y la fila en el Mc Donald’s del centro comercial no tenga más de 3 personas, y el mundo parezca amplio porque nadie necesita ya visa, solo en ese momento sabremos que hemos muerto, porque cuando bien signifique lo mismo que mal y no haya diferencia entre lo correcto y lo errado, y solamente las noches valgan la pena. Entonces… le parecerá a usted que ya no hay nada porque vivir, entonces… estará usted muerto.


lunes, 11 de junio de 2012

Cartas escritas de hormigas



Me canso de escabullirme, de rondar y abandonar, de romperme y después tener con mucho trabajo que elaborarme de nuevo, protesto, lloro, me canso ya de que se vallan sin decir adiós, de que no extrañen, de que la patada que me avientan no me lleve lejos a mi también, ¿donde esta mi parís?, ¿mi Buenos aires? ¿Donde esta mi otra ciudad? ¿Mi premio de mentiras? ¿Donde está lo que no espero? Y ¿mis sorpresas de año nuevo que?

Me canso, de quedarme y soñar con irme otra vez, de la carcajada malcriada, y los amigos ingratos que no sonríen detrás de los helados, me canso de no marchar hacia delante ni hacia atrás, de que no me den explicaciones, las quiero todas aunque me niegue a oírlas aunque no me importen quiero de vuelta mis explicaciones, díganme ¿por qué así? Díganme todo, nunca me pidan a mi explicaciones, eso si no podemos permitirlo. He llamado al sueño y convoco eternidades desde una silla vacía, y ¿por qué no puedo vivir aquí? Por qué allá con todos, por qué no me dejan manejarme mal, enternecer los espíritus todos,  besar las bocas todas, crujir los huesos todos.

Jóvenes, se ha vuelto normal la fuga, nadie ha querido quedarse mintiendo, que grande es la maldad en los ojos de los niños. La multitud corre sin entender que lo que los mantiene pegados al mundo es la muerte patriota que no nos llega a todos pero igual nos encadena, y aquí se peca, se hiere, se acepta la bruma como condición normal, yo no sé nada de esto, yo ignoro cualquier condición, todos los oficios nobles y también los que no importan nada. Aprendo silencios a veces, solo a veces, con lo aterrador que es engendrar lenguas nuevas. Todas las lombrices homenajean a sus muertos, inclusive hacen enormes festines con bailes y prestigiosos invitados que dejan de postre flores, mis lombrices no festejan nada, yo he muerto al revés, al contrario; de abajo hacia arriba, yo decidí primero descomponerme y luego enterrarme, yo decidí primero vivir y después morirme. No soy la única, la gente lo hace todo el tiempo, todos los días, a toda hora, no es poético, es un paisaje desolador e infeliz.

Una rata vive en mi estomago y araña cada vez que hace calor, araña entre las cobijas y de espalda al sol, una rata vive en mi estomago y se contonea contenta casi a toda hora. Tengo un sexo alienígena enfermo y desconocido, que busca un poco de bienestar nada  más, tengo un sexo alienígena que siempre es tierno y tranquilo que no vive en este planeta, que respira calmado y dice adiós desde cerca, tengo un sexo alienígena que escucha otras voces mientras le hablan, alienígena es y desenreda todas las marañas. Me habita una bestia azul que dice adiós gatito, adiós gatito, adiós, gatito, gatito, adiós. Ay que infeliz se siente mi pobre bestia cada vez que la empujan en las aceras, la tocan en los callejones estrechos y no la dejan bailar los domingos por la mañana mientras toca el pandero como si ni hubiera ayer y ya fuera mañana y hoy estuviera en la noche.

Estoy cansada de que se marchen todos y yo siga triste aquí, es la envidia, un mal deplorable y asqueroso, es la envidia, es solo la tristeza, no mas hablar de eso no quiero más, pero la alegría se hace y no requiere palabras la alegría no importa, esta siempre uno alegre todo el tiempo, todos están alegres todo el tiempo, y yo y mi degradación y mi sumisión y mi hastaluegolosmejoresdeseos para sus vidas que ojala fueran la mía que ojala su dios fuera mi dios y su espalda mi espalda, que ojala sus manos sean las mías y por desgracia mis pies los suyos.

Indio-gato, bésame la sirena que tengo sobre la medusa, haremos el amor en un grito y la risa de frente sobre los parpados, haremos los caballos salvajes trotando en altamar, haremos de esta bestia un arbusto en llamas. Triste como saber que uno se marcha extrañando y luego llega a la alegría lejos, que todo lo que uno creyó verdadero aquí puede ser verdadero allá, eso entristece muchísimo, casi tanto como quedarse aquí despidiendo a los amigos, adiós todos se van a hacer otras vidas hasta luego mis amigos entrañables y los que no también, y los que se van a las petroleras, y los que se van de paseo unos días y los que se van varios años y luego de eso el destino no será regresar sino seguir yéndose, cada vez más, irse siempre al otro lado y saber que se va perdiendo que posiblemente no tenga uno ganas nunca más de regresar aquí donde nadie lo pario ni lo crio ni lo vio, donde uno solo se enseño a caminar dos pasos sin caer, más triste que quedarse, pero no, igualmente triste es todo las noches de un lunes festivo.

Y aunque todo estuviera errado y fuera falso, y el amor que hicimos fuera mentira no hubiera existido nunca, jamás, nunca, y yo no estuviera desesperada, si mis peces dorados en realidad no bailaran todas las noches y mis plegarias hubieran sido escuchadas, aunque fuera todo a la inversa aunque yo mintiera aunque me mintieran, que me perdonen mal aunque todo lo bueno nos ocurra, que me perdonen porque es lunes festivo y esta oscuro.