Cartas escritas de hormigas
Me canso de escabullirme, de rondar y abandonar, de romperme y después tener con mucho trabajo que elaborarme de nuevo, protesto, lloro, me canso ya de que se vallan sin decir adiós, de que no extrañen, de que la patada que me avientan no me lleve lejos a mi también, ¿donde esta mi parís?, ¿mi Buenos aires? ¿Donde esta mi otra ciudad? ¿Mi premio de mentiras? ¿Donde está lo que no espero? Y ¿mis sorpresas de año nuevo que?
Me canso, de quedarme y soñar
con irme otra vez, de la carcajada malcriada, y los amigos ingratos que no
sonríen detrás de los helados, me canso de no marchar hacia delante ni hacia
atrás, de que no me den explicaciones, las quiero todas aunque me niegue a
oírlas aunque no me importen quiero de vuelta mis explicaciones, díganme ¿por
qué así? Díganme todo, nunca me pidan a mi explicaciones, eso si no podemos
permitirlo. He llamado al sueño y convoco eternidades desde una silla vacía, y ¿por
qué no puedo vivir aquí? Por qué allá con todos, por qué no me dejan manejarme
mal, enternecer los espíritus todos,
besar las bocas todas, crujir los huesos todos.
Jóvenes, se ha vuelto normal
la fuga, nadie ha querido quedarse mintiendo, que grande es la maldad en los
ojos de los niños. La multitud corre sin entender que lo que los mantiene
pegados al mundo es la muerte patriota que no nos llega a todos pero igual nos
encadena, y aquí se peca, se hiere, se acepta la bruma como condición normal,
yo no sé nada de esto, yo ignoro cualquier condición, todos los oficios nobles
y también los que no importan nada. Aprendo silencios a veces, solo a veces,
con lo aterrador que es engendrar lenguas nuevas. Todas las lombrices homenajean
a sus muertos, inclusive hacen enormes festines con bailes y prestigiosos
invitados que dejan de postre flores, mis lombrices no festejan nada, yo he
muerto al revés, al contrario; de abajo hacia arriba, yo decidí primero
descomponerme y luego enterrarme, yo decidí primero vivir y después morirme. No
soy la única, la gente lo hace todo el tiempo, todos los días, a toda hora, no
es poético, es un paisaje desolador e infeliz.
Una rata vive en mi estomago y
araña cada vez que hace calor, araña entre las cobijas y de espalda al sol, una
rata vive en mi estomago y se contonea contenta casi a toda hora. Tengo un sexo
alienígena enfermo y desconocido, que busca un poco de bienestar nada más, tengo un sexo alienígena que siempre es
tierno y tranquilo que no vive en este planeta, que respira calmado y dice
adiós desde cerca, tengo un sexo alienígena que escucha otras voces mientras le
hablan, alienígena es y desenreda todas las marañas. Me habita una bestia azul
que dice adiós gatito, adiós gatito,
adiós, gatito, gatito, adiós. Ay que infeliz se siente mi pobre bestia cada
vez que la empujan en las aceras, la tocan en los callejones estrechos y no la
dejan bailar los domingos por la mañana mientras toca el pandero como si ni
hubiera ayer y ya fuera mañana y hoy estuviera en la noche.
Estoy cansada de que se
marchen todos y yo siga triste aquí, es la envidia, un mal deplorable y
asqueroso, es la envidia, es solo la tristeza, no mas hablar de eso no quiero
más, pero la alegría se hace y no requiere palabras la alegría no importa, esta
siempre uno alegre todo el tiempo, todos están alegres todo el tiempo, y yo y
mi degradación y mi sumisión y mi hastaluegolosmejoresdeseos
para sus vidas que ojala fueran la mía que ojala su dios fuera mi dios y su
espalda mi espalda, que ojala sus manos sean las mías y por desgracia mis pies
los suyos.
Indio-gato, bésame la sirena
que tengo sobre la medusa, haremos el amor en un grito y la risa de frente
sobre los parpados, haremos los caballos salvajes trotando en altamar, haremos
de esta bestia un arbusto en llamas. Triste como saber que uno se marcha
extrañando y luego llega a la alegría lejos, que todo lo que uno creyó
verdadero aquí puede ser verdadero allá, eso entristece muchísimo, casi tanto
como quedarse aquí despidiendo a los amigos, adiós todos se van a hacer otras
vidas hasta luego mis amigos entrañables y los que no también, y los que se van
a las petroleras, y los que se van de paseo unos días y los que se van varios
años y luego de eso el destino no será regresar sino seguir yéndose, cada vez
más, irse siempre al otro lado y saber que se va perdiendo que posiblemente no
tenga uno ganas nunca más de regresar aquí donde nadie lo pario ni lo crio ni
lo vio, donde uno solo se enseño a caminar dos pasos sin caer, más triste que
quedarse, pero no, igualmente triste es todo las noches de un lunes festivo.
Y aunque todo estuviera errado
y fuera falso, y el amor que hicimos fuera mentira no hubiera existido nunca,
jamás, nunca, y yo no estuviera desesperada, si mis peces dorados en realidad
no bailaran todas las noches y mis plegarias hubieran sido escuchadas, aunque
fuera todo a la inversa aunque yo mintiera aunque me mintieran, que me perdonen
mal aunque todo lo bueno nos ocurra, que me perdonen porque es lunes festivo y
esta oscuro.
Yo quiero explicaciones, y besos, y brazos que me rodeen y decir de nuevo te quiero mientras me traen el café, con dos de azúcar, griteme usted con su tristeza que estas letras son las que me destruyen y me componen.
ResponderEliminarMarte, llama a Jaime el mayordomo que vamos a ir por un café el fin de semana, (si estas, si es que no te has marchado). Deja te abrazo.
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