jueves, 8 de febrero de 2018

Soy A Life Worth Living

la silla vacía, un método en el que el cliente tiene un diálogo con un aspecto de sí mismo o con un ser querido que imaginariamente está en la silla.

  
Soy A Life Worth Living, 
la UK trabajadora retratada por Nick Hedges,
blanco y negro,
la mirada pueril y esa brillante expresión,
mi cara sucia y pegajosa pegada a
los helados hilos del alambre de mi catre,
mi blusa de espalda abierta,
siempre vestida de negro.
Soy Pain de Boy Harsher,
el cover de Here comes the rain again que hace Human Tetris,
una cinta en blanco y negro,
una gargantilla de cuero en el largo cuello blanco
de una persona que lleva el cabello corto,
el video de una canción de Manicure.
El sonido que se repite,
cierro los ojos y pienso que estoy sola
en medio de un lago congelado
porque esa es la vida que merezco,
soy como el hielo que cruje
dramática y lisa
problemática
molesta pero interesante.
Tengo cosas para decir a las siguientes personas:

Jamás dejes que la pobre excusa
que suelo usar sobre “lo terrible que me haces sentir”
te ofenda, ni te duela,
tuviste razón al irte el otro día mientras yo lloraba
mi enemigo no eres tú, sino la debilidad real de mi carácter.

Estoy esperando que te canses de decirme:
A veces estás demasiado tiempo en silencio y eso es inquietante.

¿Por qué no volviste a escribirme si igual me habías invitado a salir?
primero lamenté haber dicho lo que dije sobre tu hija
mientras estábamos en el restaurante,
no haber leído tu paternidad coartada
y la separación de lo que amabas
como una herida real de tu vida,
pero de verdad me alegra haber pasado ese día contigo.

Luego de cuatro días solo pude decir la verdad cuando nos despedimos
y escribí desde el autobús en movimiento,
durante las siguientes 24 horas de mi vida, estuve llorando,
pensando en lo que significa amar y ser amado en toda clase de sentidos.

Todo lo que dije acerca de tu chica y el modo en el que te engañó
pero no debías sentirte culpable,
porque lo que hacemos cuando estamos con otros es confiar
así que de ningún modo merecías tanto autodesprecio,
lo dije en serio,
y también es cierto que los últimos cinco años tratando de convertirme
en una especie de terapeuta tuvieron algo que ver,
pero muy poco, créeme.

No te saqué de mi vida por el incidente en tu casa, sino
por los incidentes de los últimos seis o siete años, cada vez que nos vimos
y yo trate de que nos manejáramos desde la amabilidad
y la competencia y el cariño,
pero siempre tuviste demasiado que decir,
porque tenías miedo y de algún modo nunca estuviste relajado
pero ojalá hubieras trabajado un poco más en ti mismo durante los últimos años.

Lamento tanto que ella te hubiera decepcionado,
y esa vez que hablamos sobre tu padre y lloraste leyendo la carta,
ojalá hubiera podido sostenerte mejor,
pero siempre comprendo.

Después de conocerme
te habrás dado cuenta que
mi vida
como una fiesta,
es pequeña,
y modesta,
solo hay tabaco y antiséptico,
puedes tomarla o dejarla,
al final
como una enorme montaña en la noche
no soy nada.



Nick Hedges