martes, 10 de mayo de 2011

Barcos de papel

Todas las noches te escribo cartas,
muchas, muchas cartas para ti.
para el aliento de tu voz que no esta conmigo en los amaneceres.

Todas las noches escribo cartas para ti y para tus palabras,
para tu odio, para tu desesperación que ya no significa nada esplendoroso.
Todas las noches escribo cartas para ti y para nuestro deseo,
para las ganas que nos atacan los sábados.

Todas las noches
me siento frente a la maquina de escribir
y no me detengo hasta que la tinta de la cinta se ha terminado,
entonces
todas las noches le hago un agujero en la esquina a las cartas,
y con un hilo de color y procedencia dudosa
cuelgo todas las palabras del techo con cinta transparente,
las cuelgo
porque no quiero dejarlas volar solas por la ventana.

Todas las noches escribo, agujereo y cuelgo cartas para ti en el techo de mi habitación.

Todas las noches mías
que no son tuyas porque tomarlas te parece patético.
Todas las noches te escribo cartas de tinta.
Todas las noches te escribo cartas de asma y de sueño,
de todo eso que quiero contarte y nunca articulo,
cartas de rabia,
de esa tristeza que no te conmueve si no que más bien te molesta.

Todas las noches escribo cartas para ti.
Cartas que no vas a leer nunca.
Cartas que después de un mes
descuelgo y convierto en barquitos de papel
que luego tiro a la basura
porque mis recuerdos se oxidan con el paso de las horas,
porque no vale la pena recordarte como la primera vez,
yo prefiero recordarte desde la ultima
y luego eliminar progresivamente
 los anteriores recuerdos y dejar solo esos últimos que jamas son iguales.

Todas las noches me quedo hasta tarde escribiéndote cartas para compensar mis continuos silencios, esos de los que eres victima, esos que hacen que el amor que me inventabas al oído y el mar de anfetaminas que creamos en el borde de un suspiro se suspenda, no exista, no duela, no se parezca más a la felicidad. He inventado miles de amores para ti, y he creado monólogos estupendos en pos de nuestras charlas que más bien son historias que tú me cuentas y yo escucho con atención. Yo no he muerto cariño, pero cuando estoy contigo no me queda más que vivir en el paréntesis esplendido de tus labios, tu cabeza, tu cara, tus ojos, tus sonrisas y tus deseos. Soy un fraude del amor, los sábados jamas consigo ser yo.

4 comentarios: