Tengo una promesa clavada en esta silla
Llevo semanas apretando la boca, ¿cual
es este lugar?

Iba en bicicleta y el viento
soplaba muy fuerte y yo pensaba; Escribiré este poema, lo haré. ¿Cómo puede
soplar el viento así sin que nos importe? cerré los ojos, sentí que me
ahogaba. Esto es todo, la vida, esta es la vida. ¿cuantas veces he sido así de
feliz? cientos de veces, llevo la vida más afortunada, no tengo idea de ello,
no me doy cuenta, crezco como una palmera y debajo de mi la arena se crispa por
las olas y se hace salada. También me hicieron una promesa, y la creí, y la creeré
para siempre, aunque los edificios comiencen a caer y vea de debajo del polvo
salir a mis amigos, acercarse a mí para lamerme las orejas. Todos mis amigos los
amigos que sabiendo que los amo se han matado, los que lo han intentado, todos
mis amigos que son muy pocos ahora, todos los buenos, los que creen en el
futuro y los que no, los que no son mis amigos pero creen que la
correspondencia nos unirá para siempre y así será por los siglos de los siglos
amen, mientras el viento siga soplando en mi cara y yo tenga corazón para
esperarlos. Vendrá Odio desnuda y su pelvis roja me hará recordar que estamos
vivos, y le diré: Odio jamás habría amado tanto el tiempo, y ella sabrá que es
cierto porque ya nada nos importara más que el viento en nuestras caras, y su
pubis roja bajando de una montaña que arde, una cama que arde, un piso salado
bajo mis pies de palmera, Odio se moverá mientras una canción egipcia suena y
yo estoy segura que esto es mucho más de lo que creemos, esto es mucho más de
lo que ignoramos, no hay una sola pregunta que su pubis rojo no pueda responder,
no hay una sola respuesta que nos salve, pero aun así tenemos esa promesa. Una
promesa que salvará nuestras vidas.
No creo que yo logré tener más de 20 años. De hecho me
imagino en mi cumpleaños número veinte, una enorme playa en la parte superior
de un puente de San Francisco que no está en San Francisco y yo en el medio. Veinte
velas a mi alrededor. Unos recuerdos impostados de la infancia y otros de la
adolescencia, y un río enorme frente a mí. Luego estoy yo saltando de un puente mientras la gente me aplaude y grita mi nombre,
y algunas mujeres inclusive lloran de la alegría. Estoy bajando hacia el río que
antes era solamente una visión, precipitándome sobe esas aguas, y
mirando al frente mientras cae un enorme atardecer y aquel río se lo traga y se
traga el miedo de todos a cambio de nada. El río engullendo y tragando,
tragando, tragando, sí, tragando como una enorme maquina, y yo con mis nuevos
veinte años, yo en mi caída libre, yo monumental quebrando el tiempo y justo
antes de atravesar las aguas miro al frente, mi cuerpo vertical y derecho
observa la caída del sol y pienso, Nunca sabré donde termina el mundo y comienza el Ganges.
Podría retirarme ahora, no tengo
talento, es mejor retirarse ahora
mientras todavía puedo hacer algo más, me iré yo también mientras nadie
ha pateado mi cara salvo yo misma, mientras no me han echado con un
hacha en la mano. Me iré, quiero irme, ya
no lloro, ¿porque se fueron ustedes? ¿Si los buenos se van que va a pasar? Nada
salvo que volverán, porque luego de que hagan su vida tendrán dentro el
infierno y la playa, sus largos campos aparecerán frente a mí y yo diré: Que
bueno que han podido volver, yo no, yo
jamás vine, jamás pude irme porque no estuve, no estaré, que bueno por los buenos, que buenos muchachos eran todos y yo lloro encerrada en un baño pensando que
cuando amanezca podre salir mientras ellos duermen y así nadie sabrá que esta
noche no he hecho el amor con ningún desconocido, podre irme a caminar, alguien
besara mi herida y su huella se clavara en mi sangre, y si no pasa, tres
escritores sagrados me sacaran del agujero en el que abre caído, y sostendrán
mi corazón y mis senos, y García Lorca cantara, la vida viene tan rápido
,carajo, la vida, carajo, la vida, carajo, la vida, carajo, la blasfemia, carajo, la vida, carajo, la vida, carajo, vivir, vivir.
Estas en un lugar común, frente a
una biblioteca con la espalda en el pasto. No. Estás en tu silla recordando estas
cosas, porque cuando te pasaron tuviste mucho corazón y estuviste ahí, haciéndolo
todo en silencio. Porque la vida es lo que pasa con el viento mientras todavía hay tiempo.
Comentarios
Publicar un comentario