martes, 6 de agosto de 2013

Tengo una promesa clavada en esta silla



Llevo semanas apretando la boca, ¿cual es este lugar?

Dios solía gritarle a Job “¿Dónde estabas tú mientras yo creaba la tierra y los planetas?” Job, pequeño profeta estúpido, no sabes donde estas parado, delante de tu Dios que te romperá la boca de una bofetada, provocaras su ira y te aplastara, quemara a tu descendencia, ¿Dónde estabas Job? ¿Dónde pastaba tu cabeza mientras nuestro señor ponía el polvo en el universo? ¿De qué te quejabas Job? Parece que no supieras como se siente, y probablemente no lo sabías Job, no te culpo por nada, estabas desesperado, toda tu familia acababa de morir, y tus amigos te aconsejaban dejar lo único que te tranquilizaba, tu casa fue destruida, mataron a tus rebaños, tus vacas estaban locas y no tenias pastillas Job, tenias fe y parecía que una promesa divina, pero probablemente no deseabas estar ahí, ver las estrellas explotar y caer en algo llamado el olvido total, como un sueño, o un cerebro con un par de pensamientos nuevos y desconocidos, el génesis del amor. Tuviste una enorme suerte de profeta, Dios te salvo Job, ahora estas en el cielo redimido, bebiendo de la gracia. ¿Dónde estoy yo Job? ¿Lo sabes? ¿Tienes alguna idea?

Iba en bicicleta y el viento soplaba muy fuerte y yo pensaba; Escribiré este poema, lo haré. ¿Cómo puede soplar el viento así sin que nos importe? cerré los ojos, sentí que me ahogaba. Esto es todo, la vida, esta es la vida. ¿cuantas veces he sido así de feliz? cientos de veces, llevo la vida más afortunada, no tengo idea de ello, no me doy cuenta, crezco como una palmera y debajo de mi la arena se crispa por las olas y se hace salada. También me hicieron una promesa, y la creí, y la creeré para siempre, aunque los edificios comiencen a caer y vea de debajo del polvo salir a mis amigos, acercarse a mí para lamerme las orejas. Todos mis amigos los amigos que sabiendo que los amo se han matado, los que lo han intentado, todos mis amigos que son muy pocos ahora, todos los buenos, los que creen en el futuro y los que no, los que no son mis amigos pero creen que la correspondencia nos unirá para siempre y así será por los siglos de los siglos amen, mientras el viento siga soplando en mi cara y yo tenga corazón para esperarlos. Vendrá Odio desnuda y su pelvis roja me hará recordar que estamos vivos, y le diré: Odio jamás habría amado tanto el tiempo, y ella sabrá que es cierto porque ya nada nos importara más que el viento en nuestras caras, y su pubis roja bajando de una montaña que arde, una cama que arde, un piso salado bajo mis pies de palmera, Odio se moverá mientras una canción egipcia suena y yo estoy segura que esto es mucho más de lo que creemos, esto es mucho más de lo que ignoramos, no hay una sola pregunta que su pubis rojo no pueda responder, no hay una sola respuesta que nos salve, pero aun así tenemos esa promesa. Una promesa que salvará nuestras vidas.

No creo que yo logré tener más de 20 años. De hecho me imagino en mi cumpleaños número veinte, una enorme playa en la parte superior de un puente de San Francisco que no está en San Francisco y yo en el medio. Veinte velas a mi alrededor. Unos recuerdos impostados de la infancia y otros de la adolescencia, y un río enorme  frente a mí. Luego estoy yo saltando de un puente mientras la gente me aplaude y grita mi nombre, y algunas mujeres inclusive lloran de la alegría. Estoy bajando hacia el río que antes era solamente una visión, precipitándome sobe esas aguas, y mirando al frente mientras cae un enorme atardecer y aquel río se lo traga y se traga el miedo de todos a cambio de nada. El río engullendo y tragando, tragando, tragando, sí, tragando como una enorme maquina, y yo con mis nuevos veinte años, yo en mi caída libre, yo monumental quebrando el tiempo y justo antes de atravesar las aguas miro al frente, mi cuerpo vertical y derecho observa la caída del sol y pienso, Nunca sabré donde termina el mundo y comienza el Ganges.



Podría retirarme ahora, no tengo talento,  es mejor retirarse ahora mientras todavía puedo hacer algo más, me iré  yo también mientras nadie ha pateado mi cara salvo yo misma, mientras no me han echado con un hacha en la mano. Me iré,  quiero irme, ya no lloro, ¿porque se fueron ustedes? ¿Si los buenos se van que va a pasar? Nada salvo que volverán, porque luego de que hagan su vida tendrán dentro el infierno y la playa, sus largos campos aparecerán frente a mí y yo diré: Que bueno que  han podido volver, yo no, yo jamás vine, jamás pude irme porque no estuve, no estaré, que bueno por los buenos, que buenos muchachos eran todos y yo lloro encerrada en un baño pensando que cuando amanezca podre salir mientras ellos duermen y así nadie sabrá que esta noche no he hecho el amor con ningún desconocido, podre irme a caminar, alguien besara mi herida y su huella se clavara en mi sangre, y si no pasa, tres escritores sagrados me sacaran del agujero en el que abre caído, y sostendrán mi corazón y mis senos, y García Lorca cantara, la vida viene tan rápido ,carajo, la vida, carajo, la vida, carajo, la vida, carajo, la blasfemia, carajo, la vida, carajo, la vida, carajo, vivir, vivir.


Estas en un lugar común, frente a una biblioteca con la espalda en el pasto. No. Estás en tu silla recordando estas cosas, porque cuando te pasaron tuviste mucho corazón y estuviste ahí, haciéndolo todo en silencio. Porque la vida es lo que pasa con el viento mientras todavía hay tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario