sábado, 26 de enero de 2013

Gratitud - Wislawa Szymborska


Debo mucho
a aquellos que no amo.

El alivio con que acepto
que son queridos por algún otro.

La dicha de que no soy yo
un lobo para sus ovejas.

Paz para mí hacia ellos,
y libertad de ellos hacia mí,
y eso es algo que el amor no puede dar
ni procura arrebatar.

No los espero
de ventana a puerta.
Paciente
casi como un reloj de sol,
comprendo
lo que el amor no comprende,
perdono
lo que el amor nunca perdonaría.

De encuentro a carta
no pasa una eternidad
sino simplemente unos días o semanas.

Los viajes con ellos son siempre un éxito,
conciertos escuchados,
catedrales visitadas,
paisajes muy bien enfocados.

Y cuando nos separamos
por siete montañas y ríos,
ellos son montañas y ríos
bien conocidos en el mapa.

Es gracias a ellos
que vivo en tres dimensiones,
en un espacio no lírico y no retórico,
con un horizonte real porque es movible.

Ellos mismos no saben
cuánto traen con las manos vacías.
“No les debo nada”,
me gusta decir
a esta pregunta abierta.



No hay comentarios:

Publicar un comentario