Miles de pequeñas historias que no parecen relevantes
"Un hombre blanco que hubiera querido decirte
una cosa hermosa, escribiría: <<No puedo olvidarte>>, Los africanos
dicen: <<Pensamos que nunca puedes olvidarnos>>"
Karen Blixen
Siempre hay
una historia real sustentada por miles de pequeñas historias que no parecen
relevantes. Bajo corriendo a la cocina pero no hago ruido, busco comida en la
nevera, y en la alacena. Mi integridad moral es un trozo de pan con
moho.
Un amigo
metido en un autobus, mira de manera desinteresada todo lo que existe y
asegura que la primera frase de un texto siempre debe ser verdadera. Que no lo
dice él, que lo dice Hemingway. Que queremos a Hemingway, porque leer a Hemingway
en completo silencio durante un año de soledad es hermoso. La primera linea
debe ser sincera y cierta, sobretodo cierta.
Cierro los
ojos, son las 4:30 de la mañana, la habitación es oscura y los bordes de las
cosas están iluminados por una pantalla, todo es lúcido. Hay un único sonido
que es la voz de alguien, y esa voz es similar al agua.
Me siento
al borde de la piscina, afuera del complejo llueve, mi padre hace 100 mts y se queda en la
otra orilla. Adoro el agua, abajo veo mis pies azules como si hubiera muerto,
mis piernas increíblemente lisas. Tengo la impresión de que la vida es mucho
más larga de lo que creíamos que sería. Me impulso desde la pared, toco el
fondo, estoy dos metros abajo del oxigeno que necesito, giro para ver hacia
arriba, las burbujas suben, y todo parece estar limpio afuera, el agua es azul
y el cloro es sagrado, si alguien grita un mensaje ininteligible a través de la
corriente inmóvil, no podre oírlo, porque mi tímpano es presionado por el agua,
me impulso con la punta de los pies hacía la superficie, recuerdo que la
primera vez que Hans Reiter vio un bosque de algas, lloraba debajo del agua.
Antes de cruzar a la superficie y ahogarme en mi oxigeno, pienso si no sera
raro recordar citas textuales mientras mis pulmones están contraídos, puede ser
que no.
La gente ha
ido abandonando la sala de cine lentamente, estoy sentada en la tercera silla
de izquierda a derecha, en la penúltima fila. Una mujer en la pantalla espera
por el cuerpo de su marido, cuya mano inerte debe estar sosteniendo una bolsa
blanca con un par de zapatos. Hay un parto, aves negras atravesando la pantalla
que tiene un cielo azul. Hay una masacre. Saco maní de una bolsita roja y lo
como. Hay una anciana delgada, de pie frente al agua de un manglar hecho de
casas, vestida pasa salir, bien peinada, con un par de nuevos zapatos, y una
mano que acaba de acariciar lentamente su ataúd, junto a la cama, una madera
modesta, un lugar silencioso.
CNN
Latinoamerica pasa una noticia. Digo a mi familia lo que sé sobre 43 personas,
ellos dicen lo que saben, la noticia se prolonga, almorzamos, me piden que
sirva más Cocacola en los vasos, los lleno a tope.
Conocí hace un par de meses a Alguien. Alguien lloró cuando escucho a su primer paciente, un niño ciego de 9 años, responder al primer item (De vez en cuando estoy triste/ Muchas veces estoy triste/ Siempre estoy triste.) del CDI de M. Kovacs, diciendo que a veces estaba triste, pero que sin embargo esa tristeza no era lo verdaderamente triste, sino que lo verdaderamente triste era que no podía llorar cuando sentía aquella tristeza, porque sufría también de un problema glandular, por eso cuando estaba al borde del llanto le picaban mucho los ojos y todo ardía. Pero, la verdad era que él no sabía como se sentía estar triste, porque creía que la tristeza eran las lagrimas, entonces el niño preguntó a Alguien, si para responder a esa pregunta era necesario haber llorado alguna vez, Alguien dijo que no y lloró. Luego, cuando el cuestionario siguió, el paciente de Alguien deliberó de nuevo en el item número 20 (Nunca me siento solo/ Muchas veces me siento solo/ Siempre me siento solo) mientras decía, que quizás se sentía solo, porque aveces oía los pasos de su madre por la casa y cuando la llamaba ella no respondía nada, pero que de todas formas eso parecía bueno. Y luego preguntó a Alguien si sentirse solo podría también ser algo bueno, Alguien estuvo obligado a decir que no y lloró.
El acceso a
los demás es una infamia. Ninguno de nosotros ha pensado en un tercero sin
usarse a si mismo como modelo. Sabemos lo que se siente, hemos sentido miles de
veces, pero jamas a los demás. Existe una sola historia, que es la propia, un
pájaro no se estrella contra una ventana, de hecho, un pájaro ni siquiera se
estrella. Todos los gestos hechos en una caminata silenciosa por el patio de
una casa, son gestos perdidos, que no van a ningún lado, neuronas espejo que no
se activan, movimientos que nadie ve. El acceso a los demás es incierto. El
acceso a los demás son todas aquellas pequeñas historias que configuran la
historia real, pero ¿sentirse solo podría también ser algo bueno?.
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