Camino.
Muevo los pies, los apoyo, los extiendo y les reprimo a no correr
Armo dentro del cráneo poemas tristes llenos de palabras
Cientos de esas las inexistentes en mi cabeza,
Les doy un orden que no pueda ser lógico para mí,
Y si tú pudieras entrar ya no saldrías,
Porque estarías enamorado del orden de mis palabras,
Y no soy yo lo que te enamora,
Es lo ilógico en este pronunciar continuo,
En mi silencio constante,
En nuestro pequeño sonreír indigno.
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