A ninguna carne le interesa ser amada,
en lo más mínimo.
Cuando los días comiencen a irse,
veré que pongan en mi epitafio la letra
de todas las canciones que componen
los 23 álbumes
de un hombre
que es el ser más triste del mundo,
aunque él no lo sepa.
Un epitafio, digno y bueno,
en el cual me regodeo como un pez muriendo.
La tierra húmeda se mete por mi nariz.
estoy teniendo aquella conversación en un atasco,
y tu boca habla
y mi boca escucha
y aseguro, querida, reafirmo,
que el mar es profundo,
y si adentro mueres,
es porque no soportas ser el único pensamiento
inteligible, bajo el agua.
Comenzare a perforar mi corazón,
y con el paso de los días notare, que
lamentablemente el mayor agujero de mi cuerpo
esta consagrado
como un choque de lucidez en la mente
de un enfermo,
como el recuerdo primigenio de un hombre
que ha caminado durante 7 horas
sin rumbo alguno,
porque ha perdido la memoria.
Cada vez que trato de configurar
una idea,
acerca de lo que hago,
del camino que debo tomar,
entonces he olvidado de nuevo lo que pasa,
y la luz es irremediablemente azul y helada.
A ningún ser le interesa comprender que le aman,
a menos
que aquel sentimiento no sea único,
a menos
que el ser en cuestión,
ame.
"Un hombre blanco que hubiera querido decirte
una cosa hermosa, escribiría: <<No puedo olvidarte>>, Los africanos
dicen: <<Pensamos que nunca puedes olvidarnos>>"
Karen Blixen
Siempre hay
una historia real sustentada por miles de pequeñas historias que no parecen
relevantes. Bajo corriendo a la cocina pero no hago ruido, busco comida en la
nevera, y en la alacena. Mi integridad moral es un trozo de pan con
moho.
Un amigo
metido en un autobus, mira de manera desinteresada todo lo que existe y
asegura que la primera frase de un texto siempre debe ser verdadera. Que no lo
dice él, que lo dice Hemingway. Que queremos a Hemingway, porque leer a Hemingway
en completo silencio durante un año de soledad es hermoso. La primera linea
debe ser sincera y cierta, sobretodo cierta.
Cierro los
ojos, son las 4:30 de la mañana, la habitación es oscura y los bordes de las
cosas están iluminados por una pantalla, todo es lúcido. Hay un único sonido
que es la voz de alguien, y esa voz es similar al agua.
Me siento
al borde de la piscina, afuera del complejo llueve, mi padre hace 100 mts y se queda en la
otra orilla. Adoro el agua, abajo veo mis pies azules como si hubiera muerto,
mis piernas increíblemente lisas. Tengo la impresión de que la vida es mucho
más larga de lo que creíamos que sería. Me impulso desde la pared, toco el
fondo, estoy dos metros abajo del oxigeno que necesito, giro para ver hacia
arriba, las burbujas suben, y todo parece estar limpio afuera, el agua es azul
y el cloro es sagrado, si alguien grita un mensaje ininteligible a través de la
corriente inmóvil, no podre oírlo, porque mi tímpano es presionado por el agua,
me impulso con la punta de los pies hacía la superficie, recuerdo que la
primera vez que Hans Reiter vio un bosque de algas, lloraba debajo del agua.
Antes de cruzar a la superficie y ahogarme en mi oxigeno, pienso si no sera
raro recordar citas textuales mientras mis pulmones están contraídos, puede ser
que no.
La gente ha
ido abandonando la sala de cine lentamente, estoy sentada en la tercera silla
de izquierda a derecha, en la penúltima fila. Una mujer en la pantalla espera
por el cuerpo de su marido, cuya mano inerte debe estar sosteniendo una bolsa
blanca con un par de zapatos. Hay un parto, aves negras atravesando la pantalla
que tiene un cielo azul. Hay una masacre. Saco maní de una bolsita roja y lo
como. Hay una anciana delgada, de pie frente al agua de un manglar hecho de
casas, vestida pasa salir, bien peinada, con un par de nuevos zapatos, y una
mano que acaba de acariciar lentamente su ataúd, junto a la cama, una madera
modesta, un lugar silencioso.
Will McBride
CNN
Latinoamerica pasa una noticia. Digo a mi familia lo que sé sobre 43 personas,
ellos dicen lo que saben, la noticia se prolonga, almorzamos, me piden que
sirva más Cocacola en los vasos, los lleno a tope.
Conocí hace
un par de meses a Alguien. Alguien lloró cuando escucho a su
primer paciente, un niño ciego de 9 años, responder al primer item (De vez en
cuando estoy triste/ Muchas veces estoy triste/ Siempre estoy
triste.) del CDI de M. Kovacs, diciendo que a veces estaba
triste, pero que sin embargo esa tristeza no era lo verdaderamente triste, sino
que lo verdaderamente triste era que no podía llorar cuando sentía aquella
tristeza, porque sufría también de un problema glandular, por eso cuando estaba
al borde del llanto le picaban mucho los ojos y todo ardía. Pero, la verdad era
que él no sabía como se sentía estar triste, porque creía que la tristeza eran
las lagrimas, entonces el niño preguntó aAlguien,
si para responder a esa pregunta era necesario haber llorado alguna vez,Alguiendijo que no y lloró. Luego, cuando el
cuestionario siguió, el paciente deAlguien
deliberó de nuevo en el item número 20 (Nunca me siento solo/ Muchas veces
me siento solo/ Siempre me siento solo) mientras decía, que quizás se sentía
solo, porque aveces oía los pasos de su madre por la casa y cuando la llamaba
ella no respondía nada, pero que de todas formas eso parecía bueno. Y luego
preguntó aAlguiensi sentirse solo podría también ser
algo bueno,Alguienestuvo obligado a decir que no y
lloró.
El acceso a
los demás es una infamia. Ninguno de nosotros ha pensado en un tercero sin
usarse a si mismo como modelo. Sabemos lo que se siente, hemos sentido miles de
veces, pero jamas a los demás. Existe una sola historia, que es la propia, un
pájaro no se estrella contra una ventana, de hecho, un pájaro ni siquiera se
estrella. Todos los gestos hechos en una caminata silenciosa por el patio de
una casa, son gestos perdidos, que no van a ningún lado, neuronas espejo que no
se activan, movimientos que nadie ve. El acceso a los demás es incierto. El
acceso a los demás son todas aquellas pequeñas historias que configuran la
historia real, pero ¿sentirse solo podría también ser algo bueno?.