viernes, 8 de julio de 2011

He vivido aquí,
Aquí mismo justo en el borde del círculo con cara de heptágono deficiente,
En este país de lenguas bifurcadas y sueños estallados por bombas.
Me levanto de madrugada y oigo a los perros danzar
Me levanto y me asomo al rincón del delirio
Despierto y me es imposible volver a la desesperación que no he abandonado
La desesperación, esa que no ha existido
Una desesperación que parecen dos que parecen mil multiplicadas con alegría por mis habitantes.
Invente un país de no existir ni caminar,
Un país de la soledad de uno y nada más
Una pequeña provincia de la falta de providencia.

He vivido aquí,
Bajo el amparo de las monjas con zapatos deportivos,
De las lenguas que rebuznan,
Aquí donde comienza a inquietarme el desalojo del alma que a la final es mi única propiedad.

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